No colecciones pokémons, sino virtudes

💡 Si quieres ser feliz colecciona virtudes

Píldora 303.

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  • Si quieres ser feliz no colecciones Pokémons.

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Si no quieres terminar tomando antidepresivos...

Lo primero que tienes que hacer es quitarte de la cabeza la idea de que la felicidad es un estado de ánimo parecido a la alegría o a la euforia.

Si esto fuera así, bastaría con crear un fármaco que nos mantuviese continuamente en ese estado.

Por ejemplo, para Aristóteles, la felicidad tiene más que ver con llevar una vida digna de ser contada, conseguir la plenitud en la existencia, lograr los objetivos que realmente importan y desarrollar todas nuestras capacidades; en definitiva, ser feliz es la consecuencia de habernos convertido en la mejor versión de nosotros mismos.

¿Qué necesitas realmente para ser feliz? La respuesta de Aristóteles es esta:

Esfuérzate en ser una persona virtuosa y obtendrás como premio la felicidad.

Las virtudes son las cualidades que debe tener una persona para convertirse en su mejor versión.

Por ejemplo, un futbolista debería tener la fortaleza, la velocidad o saber jugar en equipo como virtudes.

Lo mismo sucede con las personas. Aristóteles confeccionó la siguiente lista de las virtudes que te convertirán en un ser humano excelente y feliz:

  • Valentía: El punto medio entre la cobardía y la temeridad. No pienses que el miedo es malo. El temerario no tiene miedo y por eso hace locuras, el cobarde, en cambio, ve peligros donde no los hay.

  • Templanza: Equilibrio en el disfrute de los placeres. Si dispones de esta virtud entenderás que cuando sales de fiesta no hay que beberse hasta el agua de los floreros, pero tampoco hace falta que te comportes como un monje tibetano si no quieres.

  • Generosidad: No debes permitir que los demás se aprovechen de ti y te tomen por tonto. Pero tampoco puedes convertirte en alguien avaro y miserable.

  • Magnanimidad: Es la virtud de emprender grandes proyectos por muy difíciles que éstos sean y que conlleva la alabanza por parte de los demás. En España específicamente, cuesta mucho alegrarse de los éxitos de los demás. Lo que Aristóteles llamaba magnánimos es lo que hoy conocemos como emprendedores.

  • Magnificencia: Virtud de saber gastar. Se opone a gastar mucho en algo de poca importancia y a la tacañería (gastar poco en algo realmente importante).

  • Paciencia: Ésta es la virtud propia de la gente sabia. Si no eres capaz de gestionar tus emociones ante los imprevistos, las desgracias o el dolor, es señal de que te queda un largo camino hacia la sabiduría.

  • Justicia: El hombre justo no es el que obedece ciegamente la legalidad vigente, sino el que persigue el bien común. Actuar con justicia requiere la sabiduría que permite corregir la ley en los casos en que su cumplimiento genera injusticia.

  • Prudencia: Es la principal de las virtudes y sólo la posee la persona que sabe qué es lo que realmente conviene. El imprudente no es capaz de calcular bien las consecuencias de las acciones y confunde un mal con un bien.

Continúa leyendo esta newsletter los próximos días. Siempre hablo de Mente, Cuerpo y Espíritu.

Mañana hablaré sobre por qué unos trabajan muy poco y ganan mucho y por qué otros trabajan mucho y ganan muy poco.

Pista: Quizás esa pregunta no está bien formulada.

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