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Lo que aprendí de una perra feminista sobre la vida

💡 ¿Cómo dejar de sentir vergüenza?

Píldora 302.

En este email aprenderás:

  • Esta historia de Hiparquía te inspirará para no sentir vergüenza en la vida.

Tiempo de lectura: Menos de 2 minutos

Esta historia te dejará pensando...

Ahora que en estos tiempos modernos se habla tanto de feminismo quiero presentarte a alguien:

Se llamaba Hiparquía de Maronea y corrían tiempos comprendidos entre el año 350-300 a.C.

Fue una filósofa de la escuela cínica que antepuso su libertad personal a las convenciones sociales.

Ella fue una mujer rebelde porque rechazó la cultura machista de su época, que impedía a las mujeres practicar la filosofía.

Una buena mujer en aquella época debería haberse quedado en casa, tejiendo y criando a sus hijos.

Menos ella.

El ágora y los banquetes donde se practicaba la filosofía no eran lugares adecuados para una mujer, y por eso los visitaba frecuentemente Hiparquía.

En uno de esos banquetes, el filósofo Teodoro el ateo se molestó mucho por la presencia de una mujer en un lugar reservado para hombres, y se enfadó aún más tras un discurso que le salió bordado, Hiparquía le metió un zasca que le dejó planchado.

Te cuento...

Teodoro le dijo que dejara la filosofía y se dedicara a tejer e Hiparquía le preguntó si él habría preferido el arte de tejer a la filosofía.

Teodoro se quedó sin argumentos y, para avergonzar a la filósofa, le tiró del vestido y la dejó desnuda delante de todos.

Pero Hiparquía no se alteró lo más mínimo; la práctica de la doctrina cínica le había enseñado a no conocer la vergüenza y a considerar un cuerpo desnudo como algo natural.

Teodoro quedó nuevamente humillado ante aquella perra feminista.

Hiparquía estaba tan por encima de las convenciones sociales que le daba igual lo que comentasen de su cuerpo o de su forma de pensar.

Ella, con su filosofía, dio un golpe de Estado a la sociedad patriarcal y ocupó el rol destinado en exclusividad a los hombres.

Si a esta filósofa no le importó quedarse desnuda en mitad de un banquete delante de un grupo de hombres, imagina lo que pensaría de ir a clase disfrazada, si eso es lo que realmente te apetece hacer.

Recuerda que seguir las convenciones sociales no te garantiza la felicidad: haz lo que te venga en gana y que sean los otros quienes conozcan la vergüenza.

Continúa leyendo esta newsletter los próximos días. Siempre hablo de Mente, Cuerpo y Espíritu.

Mañana te contaré por qué debes de dejar coleccionar Pokémons y empezar a coleccionar virtudes si quieres ser feliz en esta vida.

Te dejo una pista para mañana:

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