Conviértete en la Esfinge de Giza (No compartirlo con cualquiera)

Píldora 298.

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• Conviértete en la Esfinge de Giza

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Lee esto con calma y presta atención:

"Recuerdo haberme sentado en la arena frente a la Esfinge en el sitio desde el cual la segunda pirámide a lo lejos forma un triángulo perfecto detrás de la Esfinge y haber tratado de comprender, de leer su mirada.

Primero vi solo que la Esfinge miraba sobre mí a lo lejos. Pero pronto empecé a experimentar una especie de vaga y creciente inquietud.

Un momento después, sentí que la Esfinge no me estaba mirando, y no solo que no me miraba, sino que no podía mirarme; y no porque fuera yo muy pequeño en comparación con ella o demasiado insignificante en comparación con la profundidad de la sabiduría que contenía y guardaba. De ningún modo.

Eso habría sido natural y comprensible. El sentido de aniquilamiento y el terror de desvanecimiento provenía del sentimiento que yo tenía de ser en alguna forma demasiado accidental y transitorio para que la Esfinge pudiera notarme.

Sentía que no solo estos fugaces momentos u horas que yo pudiera pasar ante ella no existían para la Esfinge, sino que, si pudiera yo permanecer bajo su mirada desde mi nacimiento hasta mi muerte, mi vida entera pasaría tan fugazmente para ella que no me notaría.

Su mirada estaba fija en otra cosa. Era la mirada de un ser que piensa en siglos y en milenos. Yo no existía ni podía existir para ella."

Maravilloso texto escrito por el matemático Pyotr Demianovich en su libro "Un nuevo modelo del universo."

Se desconocen muchos de los secretos que guarda la Esfinge y las pirámides de Giza pero lo que sí es un hecho que sus ojos observan el amanecer de cada día desde hace milenos.

En su libro, Pyotr hace referencia a la sensación de que su mirada está puesta en un lugar inefable y eterno, que se trata de un ser que piensa en siglos y en milenios, y no en los aconteceres diarios. Y además, su cuerpo está perfectamente en la tierra.

Ahora se sabe a nivel científico que, durante las primeras horas de la mañana, los rayos del sol ponen en hora nuestros ritmos circadianos (reloj biológico), aunque esté nublado y lloviendo, y se sintetizan las hormonas y los neurotransmisores, que nos aportarán bienestar no solo físico, también mental.

Se sabe que tener los pies descalzos, como la Esfinge, mientras miras el sol, aumentan los efectos antiinflamatorios en el cuerpo, en caso de necesitarlo.

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Mañana te contaré 2 cositas que te harán pensar. Será un email con profundidad espiritual para hacerte ver diferente la vida.

Te dejo una pista para mañana:

P.D.: Mándame un "Hola 👋" de vuelta

P.D.2: El único propósito de esta newsletter es ayudar a las personas, si consideras que te ha ayudado compártela con otros. Cuanto mejor seamos como Seres Humanos mejor serán nuestras Sociedades.